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ARQUITECTURA COMO TÉCNICA PARA LA REPRESENTACIÓN DE IDEAS ESTÉTICAS.

 

“Ser Botella”, es una instalación artística cuyos materiales constructivos son: un plafón con un recorte que hace alusión a la icónica figura del hombre de Vitruvio, una maceta hecha de una botella en la que se halla una planta artificial, malla de gallinero, 1900 botellas de PET, un sensor de movimiento, LED’s y una máquina que produce burbujas.

 

La descripción anterior, no puede dar crédito a la experiencia estética que se desprende de un espacio delimitado por dichos elementos, puesto que no se ha mencionado el contexto específico bajo el cual fue concebida la idea.

 

Esta instalación, es producto de las reflexiones en torno al desconcierto que en la autora provocó el consumo masivo de productos de primera necesidad, todos ellos, poseen un empaque, refinadamente diseñado para persuadir al comprador y compensar las probables deficiencias del producto en sí. Explicado más profundamente, el empaque posee un valor en tanto que es un útil que protege y conserva el producto, pero su valor de persuasión, se debe al trabajo físico e intelectual de numerosas personas que con esmero concibieron el diseño de algo que, si cumple su función, se condena a sí mismo a la nulidad, es decir a convertirse en un desecho.

SER BOTELLA

CASSANDRA CASTRO

RESEÑA

No es el primer intento de Deirdre Cassandra Castro por expresar esta cuestión: a finales del año pasado realizó un cortometraje de 1:57 segundos para participar en un concurso. El personaje principal fue una de las tantas golosinas que se venden a la salida de los metros (VER: "Diseño: del interior y el exterior en contrariedad"). Sin embargo, “Ser botella”,  es la obra que más alcance ha tenido respecto a la ejecución integral de una obra, debido a los fundamentos dados por el conocimiento de los procesos de diseño y edificación arquitectónica (pues, la artista es arquitecta de formación), que hicieron posible la materialización de la idea. Así como el dibujo, la pintura, la escultura son técnicas que se utilizan para la exhibición de ideas estéticas, en el caso de “Ser Botella”, la disciplina arquitectónica funge como técnica para los mismos fines.

 

El punto principal en el que se ve transmutado lo esencialmente arquitectónico, se halla en la función, puesto que no existió de antemano la demanda de dicho proyecto, lo que existía era la necesidad de crear un espacio en el que se desarrollase una función, creada compartir una experiencia y hacer socialmente representable un conflicto, ahí radica la diferencia entre la motivación puramente arquitectónica y la artística.

 

Según afirma Deirdre Cassandra Castro, las personas que intervinieron de alguna forma en el proyecto, vieron trastocadas sus vidas por el contacto directo con el “hacer arte”. Pero su raíz arquitectónica no deja de hacerse visible, pues como las edificaciones, sólo es realizable en tiempo y forma, cuando se poseen los recursos económicos, físicos e intelectuales, reunidos en un equipo de personas empeñadas en materializar una idea.

 

Como la mayoría de la producción artística contemporánea, esta obra no aprehensible solamente por medio de la estética, ni por la reflexión de conceptos que la inspiraron o por el conocimiento del proceso que requirió su ejecución, en realidad su apreciación requiere una mezcla de todos los anteriores. La envolvente de botellas, de las que emana una luz azul y que contiene olas de burbujas en su interior, podrá ser enjuiciada como bella para unos, melancólica para otros, anacrónica o futurista, sin embargo, la lección ecológica que no se mostrará por medio de la obra, es que no ha sido posible ocupar botellas recicladas, han tenido que usarse nuevas, puesto que la práctica demostró que esta táctica es más económicamente viable, no sólo en economía monetaria, sino también en lo que respecta al tiempo y el trabajo que implica conseguir, seleccionar y limpiar las botellas de reuso, lo cual sólo confirma que el orden actual, el privilegio al valor monetario respecto al del esfuerzo humano: nace una botella y su muerte es una obligación implícita, esa es la esencia de la botella, eso es lo que la hace ser ella misma. Quien acuda a experimentar la existencia de una botella, podría acercarse estéticamente a la vida efímera e inconclusa, de la cual las burbujas (VER VIDEO) son símbolo: ambas dejan un rastro después de cumplir su vida útil. El hombre en el techo se desfragmenta, el orden económico al que responde, se relaciona con el patriarcado y conforme se va descendiendo la mirada, se llega a lo más abstracto del ser, ese que ya no tiene género, ni rostro, ni cuerpo.  

 

Exhibición del 7 al 28 de Agosto en la Academia de San Carlos.

Dirección: Academia No. 22, Centro Histórico, México D.F. CP. 06060.

Horario: Lunes a Viernes de 9:00 a 19:00 hrs.

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